miércoles, 9 de marzo de 2016

MI PROYECTO DE VIDA

 

YISATH ALBERTO PECH ORTEGA




Nací un 28 de febrero del año de 1996 en la ciudad de Mérida, Yucatán. Actualmente vivo en la ciudad de Izamal de donde toda mi familia es originaria.
Soy una persona muy pacífica y agradecida, no me gustan las injusticias, las detesto. Adquiero un carácter y madurez conforme a la convivencia y relación con otras personas. La mayoría de las veces siempre logro lo que me propongo, trato de ser lo más perfeccionista posible.
No tengo ningún problema en reconocer mis errores, y si se presenta la oportunidad aprovecho para enmendarlos.
No acostumbro dar mi confianza a cualquier persona, incluso ha llegado al grado de que al principio, alguien no se lleva conmigo por el simple hecho de pensar que soy pesado, en cambio otras personas que se han dado la tarea de conocerme, agradecen el permitirles convivir conmigo.
 
La vida de ahora es muy difícil, hay que aprender a ser independiente, responsable y de buen hablar, no por cuestiones de halagos, si no de demostrar los valores, principios y sobre todo respeto. Cosas que ha uno se le ha inculcado desde el nacimiento.
Le doy gracias a Dios por contar con la compañía y el apoyo de mi madre que siempre está detrás de mí dándome consejos, para saber aprovechar las oportunidades que ahora tengo y ella no tuvo.
En este mundo estamos viviendo en un juego de azar, pero estoy decidido a continuar con mis estudios y terminar la licenciatura que tres semestres atrás emprendí. Ser maestro de primaria desde pequeño me ha llamado la atención, solía jugar de niño con otras amigos a la escuelita, lo que me motivaba mucho era calificar las tarea, así como a veces tomaba libros de mi casa y me ponía a revisarlos.
Otro factor que influyó en mi decisión, es el sueño de mi madre en verme convertido en maestro como dos de mis tíos; además de que estos al momento de elegir mi carrera me estuvieron aconsejando.
Desde hoy renuevo mi compromiso de no defraudar a mi familia, sobre todo a mi mamá; debo continuar respondiendo con buenas calificaciones, para que todo el sacrificio no sea en vano y en un futuro me toque ser quien devuelva parte de lo que se me dio.
En mis años de primaria, secundaria y preparatoria, me dio gusto ver a mi mamá, pero sobre todo a mi abuelita lo orgullosas que se sentían por haberme sacado diploma de primer lugar.
Algo que fundamental en mi segundo grado de primaria fue que gracias a mi maestra, corregí varias faltas de ortografía y aprendí las tablas de multiplicar, pero tampoco puedo olvidar a mi maestra de primer grado; con la que primero aprendí a deletrear y luego a leer.
En ocasiones aún no me veo estudiando la licenciatura, por momentos me vienen recuerdos de la preparatoria.
Fue una etapa donde considero se tiene una manera más definida de ver las cosas y es donde conoces a tus verdaderos amigos que pueden ser para toda la vida.
Con todo esto, no puedo evitar ponerme triste, pues evoco vivencias como el fallecimiento de mis abuelitos, sobre todo porque apenas era un niño. Mi abuelito fallece cuando apenas tenía poco tiempo de haber cumplido un año, y mi abuelita cuando yo tenía la edad de 11 años.
Han sido un pilar fundamental, parte también de lo que soy ahora se lo debo a ellos, pues sus consejos perduran en el seno familiar.

En un futuro me veo como un gran profesionista, mi continua actualización también se enfoca en dar clases en educación media superior y superior.
Obtener y defender mi plaza es lo que más anhelo, al igual que contar con otros grados de estudio como una maestría, que a fin de cuentas puede brindar mejores oportunidades, no para hacerme un millonario, pero si para vivir cómodamente.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario