miércoles, 9 de marzo de 2016

EL ARZOBISPO MARIANO


 
Mons. Martín Tritschler se distinguió a lo largo de su episcopado por su gran amor a la Eucaristía y a la Santísima Virgen María.
El libro menciona que el santuario de Izamal dedicado a la Virgen María en su advocación de la Inmaculada Concepción, fue su lugar predilecto para sus peregrinaciones.
El obispo poseía caridad, amor y perseverancia en su vocación, ante todo en el desempeño en su labor de cuarenta y dos años, lo que pudo realizar debido a su profundo amor a María. En sus momentos más difíciles iba a Izamal, una y otra vez.
Desde sus primeros años en Yucatán pudo distinguir la fe del pueblo, a través de la devoción por la Inmaculada Concepción.
Comprendió la situación de los yucatecos, los cuales, ajenos muchas veces a los acontecimientos del centro de México, se conservaba un aislamiento, con posibles separaciones e independencia.
Los yucatecos eran marianos, pero devotos a la Virgen de Izamal.
Para agosto de 1914, llegaron a Yucatán las noticias alarmantes de la revolución emprendida por Venustiano Carranza, Francisco Villa y Emiliano Zapata, se decía por la prensa pronto llegaría un jefe a gobernar esta entidad, enviado por uno de los revolucionarios.
Por lo que el ahora Arzobispo tomó la decisión de partir a la Habana, Cuba, al destierro con el obispo Carlos de Jesús Mejía.
La iglesia comenzó a recibir fuertes golpes. Se expulsó a sacerdotes españoles y poco después llega el general Salvador Alvarado para continuar con la persecución de sacerdotes y religiosos, destrucción de iglesias y el triste saqueo de la catedral de Mérida.
En febrero del año 1916 pretendieron desaparecer la sagrada imagen de Nuestra Señora de Izamal, pero el párroco en ese entonces Juan de Salazar y un comerciante llamado José Álvarez, salvaron la imagen poniéndose de acuerdo que a las doce de la noche cuando sea apagado el alumbrado público, José llevaría la imagen a su casa.
Poco tiempo después, al Arzobispo regresó a Yucatán, en el año de 1919, cuando las cosas se habían tranquilizado por un breve tiempo y se pone a levantar la iglesia sobre las cenizas de la persecución religiosa.
En 1920 la Virgen de Izamal retorna a su santuario y Martín Tritschler dispone la restauración de su camarín. La inauguración fue el 15 de agosto de ese mismo año en el marco de las fiestas de su Asunción.
El doce de diciembre Tritschler sufre un atentado por encargo del gobernador Felipe Carrillo Puerto, por el simple odio que profesaba el gobernador contra la iglesia católica y nuevamente es desterrado a la Habana, Cuba. Pese a estas situaciones Martín se mostró fuerte y perseverante.
En octubre de 1941, se informa es la última vez que lo ven celebrando una misa pontifical a los pies de Nuestra Señora Inmaculada y en agradecimiento por sus cincuenta años de sacerdote que estaba a punto de cumplir.
Al partir de aquel lugar sagrado donde tantas veces se encontró con María, su corazón llevó grabado aquellos momentos de encuentro y de oración. La Virgen estaría acompañándolo agradecida hasta los momentos de su muerte acontecida el 15 de noviembre de 1942.

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